“LA PUERTA DEL DESIERTO”
DICIEMBRE 2014
Día 1: Marrakech.
Llegamos por la Mañana a Marrakech y tuvimos toda la tarde libre para dar una vuelta por la ciudad y poder ir adentrándonos en la cultura musulmana.
Al principio pasamos un poco de miedo, ya que preguntamos a un hombre por el Restaurante Don Omar, que nos lo había aconsejado el recepcionista del hotel, y nos estuvo indicando cómo ir, pero luego nos estuvo siguiendo un buen rato (al principio nos asustamos, pero después nos dimos cuenta que nos seguía porque no íbamos por donde nos había indicado).
Una vez en el restaurante, pudimos probar la comida típica de allí: La Harira (que es una sopa a base de carne, tomates y legumbres, que a mí no me gustó porque estaba muy especiado pero a Elena le encantó) y el Tajine de Pollo (yo le pedí con almendras y Elena al limón y estaba buenísimo).
Tajine de Pollo
Después de comer, fuimos a dar un paseo por la Plaza de Jemaa el F´naa y el Zoco. Cuando íbamos por el Zoco, un chico nos aconsejó que fuésemos caminando por el lado derecho, porque sino podíamos correr el riesgo de que nos pillasen (la verdad que era una locura caminar por las calles del zoco). También nos comentó que podíamos aprovechar para ver la Curtiduría, que es donde hacen el cuero y que era el único día de la semana que se podía ver, así que nosotras nos animamos. La verdad que fue un poco surrealista todo, ya que el chico que nos lo recomendó, llamó a otro que iba andando y le dijo que nos acompañase hasta allí. Este segundo chico, tenía unas pintas un poco raras, en la mitad de la cara tenía una mancha blanca y llevaba una sudadera roja con la capucha puesta. No se dirigió a nosotras más que para decirnos que le siguiésemos. Él iba a unos dos metros por delante nuestra, no nos hacía mucho caso y nos iba metiendo por calles, que cada vez había menos turistas y menos gente. Sólo veíamos hombres de cuclillas que no paraban de mirarnos. Elena recomendaba que nos diésemos la vuelta y la verdad que yo fui de valiente, pero pasé miedo, pensaba que nos iban a meter en una casa y de allí no íbamos a salir porque madre mía, sólo había gente local. De repente, nos para en un portal (ya pensábamos que nos habían llevado a una casa y que nos iban hacer algo jajaja) pero nos dieron hierbabuena y nos dejó con otro hombre que nos explicó cómo se curtía el cuero. La verdad que muy interesante y curioso. Cuando salimos de allí, nos metieron en una tienda que vendían cosas de cuero, para ver si comprábamos algo. Como no era nuestra intención, nos fuimos con las mismas de la tienda, y el hombre que nos lo había enseñado, nos estaba esperando y al ver que no habíamos comprado nada, nos pedía dinero por habernos enseñado todo. Le dimos unos 4 euros de propina pero se quejaba y nos pedía más. Tuvimos que meter el turbo un poco e irnos porque iba detrás nuestra. Jeje
Volvimos a la plaza y cuando se nos hizo de noche, cogimos un autobús que nos dejaba a la puerta del hotel. Las puertas del autobús no se cerraban y la circulación de Marrakech es caótica, donde hay dos carriles, ellos hacen tres o incluso cuatro. Cuando se chocan, se dan voces, pitan… pero ni parte amistoso, ni nada por el estilo. Cada uno paga sus desperfectos.
Cuando llegamos al hotel, que estaba muy bien, aunque alejado de la ciudad (se agradece, porque había muchísima tranquilidad, cosa que en la ciudad es una locura) nos dimos una ducha para bajar a cenar.
Día 2: Marrakech.
Al despertarnos, fuimos a desayunar, que hacían unas tortitas de harina, que estaban riquísimas ¡nos pusimos las botas! Y después de desayunar fuimos a recepción que nos esperaba el guía para enseñarnos Marrakech.
Estuvimos viendo los Jardines de la Menara con su estanque, las tumbas saadinas, donde se encuentran los fundadores de la ciudad, el Palacio de la Bahía, residencia del antiguo visir y el Koutoubia Minarete y la Plaza de Jamaa el F`naa, convertida por la mañana en Zoco y por la noche en un mágico espectáculo.
Jardines de la Menara con su estanque
Después nos llevaron a un herbolario, que a mí no me hizo mucha gracia, pero a Elena le encantó, ya que esas cosillas le gustan mucho.
Comimos en un restaurante que nos llevó el guía, era muy turístico. En este restaurante había dos musulmanes, cantando en directo . Fue bastante entretenido. La cena, la teníamos incluida en el hotel.
Día 3: Essaouira
Hoy teníamos el día libre y decidimos el día anterior preguntar al guía cómo podíamos ir a Essaouira, que es un pueblo costero y él se encargó de mandarnos un taxista para que nos llevase.
Después de desayunar, estaba ya esperándonos el taxista y nos fuimos dirección a Essaouira. La verdad que el viaje fue muy entretenido, porque nos fue contando cosas de su cultura. Era el típico musulmán machista que decía que la mujer tenía solo un hombre, pero que los hombres varias mujeres porque un día “quiere pescado” y otro “quiere carne”. Qué decir… sin comentarios.
Essaouira nos gustó mucho, sobre todo por la tranquilidad de la ciudad, ya que Marrakech nos resultó muy agobiante y caótica.
Día 4: Ouarzazate.
Hoy salimos dirección a Ouarzazate, haciendo varias paradas. La primera parada ha sido para ver cómo elaboran el aceite de argán.
Después de ver el proceso continuamos hacia las montañas del Alto Atlas hacia Col de Tizi N´Tichka, hasta llegar a uno de los puntos importantes del viaje: la Kasbah de Ait Ben Hadju. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el ksar (kasbah-alcazaba) más imponente del sur marroquí. De diferentes tonalidades de rojos, según la hora del día, sus numerosas torres almenadas parecen adosadas a la montaña. Muy bien conservado, ha servido de escenario a numerosas películas. Imprescindible pasear por sus calles, donde se pueden visitar algunas casas, y al llegar al torreón de la antigua kasbah pudimos tener una vista panorámica de la región con el Alto Atlas al fondo.
A continuación, atravesando aldeas de terrazas escalonadas con fértiles cultivos, llegamos a Ouarzazate. Cenamos y a dormir.
Día 5: Erfoud
Salida hacia el Kelaa de los Mguna, famoso pueblecito donde se cultiva una especie de rosa de excelente aroma, para recorrer la ruta de las Kasbahs; una serie de fortalezas construidas en adobe con torres almenadas y adornos de ladrillo crudo; en ocasiones, son auténticos pueblos fortificados.
A continuación fuimos hacia Las Gargantas del Todra.
Después fuimos dirección a Erfud. El camino era cada vez más duro y las poblaciones por las que pasamos, cada vez más autenticas. Entramos en los dominios de la gente del desierto.
Al llegar, nos acercamos al desierto para ver el atardecer y montar en camello (excursión no incluida en el itinerario). Fue toda una experiencia, totalmente recomendable. Fuimos en 4x4 al desierto, y allí nos montamos en camello para ir a las dunas (nos guiaban dos chicos jóvenes). Nos bajaron del camello para que subiésemos una duna andando y pudiésemos comprobar lo que cuesta andar por la arena del desierto. Una pasada, increíble la sensación de andar y hundirte y apenas avanzar. Una vez arriba, nos hicimos un reportaje fotográfico precioso y pudimos contemplar el atardecer. Me encantó. Al bajar, uno de los jóvenes nos dijo que si queríamos bajar la duna sentados en una manta y él agarrando la manta para arrastrarnos cuesta abajo. Ninguno al principio nos atrevimos (daba mucha impresión hasta bajar andando), pero en el último momento me lo pensé y al final me senté en la manta y le dije que bajase corriendo antes de que me arrepintiese (iba a ser la única oportunidad de hacer eso, por eso me decidí), ¡qué impresión! Al principio iba cagada, gritando, con los ojos cerrados… porque la duna era muy alta y parecía que nos íbamos a matar, pero luego me encantó la aventura. Para pararme, el chico se tiró al suelo de lado para que yo frenase encima de él. Muy divertido, pero pobre chico jejeje.
De allí nos fuimos a cenar y a dormir.
Día 6: Rissani y Zagora
Hoy tocaba ver Rissani, situada a 22 Km de Erfoud, en un palmeral. Rissani es atractiva, tanto por su entorno como por su historia y cuenta con varios monumentos de interés. Está considerada como la heredera de la mítica Sidjilmasa, antigua capital del Tafilalet.
Continuación fuimos hacia Al Nif para llegar al final a Zagora.
Día 7: Marrakech
Salimos de Zagora, lugar de partida de las grandes expediciones al Sahara; llamada La Puerta del Desierto. Tuvo que cambiar la ruta, ya que la carretera por dónde íbamos a ir en un principio estaba cortada porque estaban arreglándola por los destrozos que la lluvia había ocasionado la semana anterior y en lugar de 8 horas de viaje fueron 12, pero bueno, nos lo tomamos con paciencia. Además, pudimos disfrutar de bonitos paisajes.
Al llegar a Marrakech, nos quedamos ya en el hotel, a descansar, que al día siguiente ya nos íbamos a España.
Día 8: Vuelta a España.
Muy chulo! Me encantaría ir a Marruecos.. pero es que no encuentro acompañante!
ResponderEliminarHola Judith, gracias por tu comentario. La verdad que el viaje está genial y te lo recomiendo, espero que encuentres pronto acompañante ;-)
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